El pánico nos hace huir siempre en la dirección equivocada.
Cuanto más intentemos negarlo o evadirlo más nos atormentará. Que hacer entonces? Responder a sus demandas irracionales? No, el miedo requiere un tratamiento diferente.
Actualmente existe una gama amplísima de limitaciones que sufren las personas a causa del miedo transformado en pánico: lugares abiertos, sitios cerrados, evitación de enfermedades y contagios, perdida de la cordura, reacciones fisiológicas, (desmayos, vómitos , incontinencia), animales, accidentes en la carretera, viajar en avión, hablar en público, sin olvidar el miedo a los ángulos rectos o a los espejos, entre otros. Todos ellos funcionan de forma similar y tienen por efecto la anulación total o parcial del desarrollo natural de la vida de quien los padece, que condiciona su trabajo, actividades y relaciones a defenderse del pánico . Cuando esto alcanza características constantes y fijas respecto al objeto o situación que atemoriza se constituye una fobia en toda regla.
El miedo es una señal quizá las más poderosa y primitiva, es una emoción que en principio es funcional, es decir que es útil y necesario para la supervivencia y protección del ser humano. Nos alerta de aquello que puede ser peligroso y de lo que debemos alejarnos o evitar
Y ahí está el punto complicado.¿ Cuando un peligro es real? ¿Cuando el miedo está justificado?
Las personas a diferencia de otros seres vivos, construimos en torno a mecanismos necesarios y naturales , problemas , síntomas y patologías.
El miedo puede ser tanto generado por un hecho real y tangible , una amenaza que realmente requiere una conducta de evitación o cuidado, pero también el miedo aparece frente imágenes mentales, fantasías que tienen la misma fuerza y ejercen los mismos efectos que la realidad..
Alguien que alguna vez se ha visto en medio de un tumulto de gente y cayó al suelo, y sintió como estuvo a punto de ser arrollado por la multitud, puede desarrollar un gran temor, constante y paralizante, a estar en lugares donde hay mucha gente , solo con evocar mentalmente aquella escena pasada, desencadenando todos los síntomas fisiológicos de la situación “traumática” : sensación de ahogo, sudoración, taquicardia, propios de la secreción de adrenalina. ¿Todos los que han pasado por una situación atemorizante desarrollan pánico frente a su posible repetición o recuerdo? No, hay quienes sí y quedan atrapados por el miedo y para quien solo es un mal momento del pasado. Lo que es más curioso, pero igualmente cierto, es que muchas personas desarrollan este miedo sin haber pasado por una circunstancia específica, solo porque se la hayan contado o visto en una película o imaginado. También es el caso de la hipocondría, el pánico a enfermar o morir. Encontramos muchísimas personas aterrorizadas de padecer un infarto fulminante , sin haber nunca padecido ni la mas mínima patología cardiovascular Son muchísimos los ejemplos de este tipo que podemos encontrar.
Del miedo útil y funcional al pánico hay una línea muy estrecha. El pánico es la expresión extrema del las sensaciones de perdida de control , terror a que sobrevenga la muerte o bien la locura , dejan a la persona en un estado de parálisis total, en que solo puede prestar atención a sus reacciones fisiológicas y mentales, que no hacen mas que confirmar que efectivamente algo va mal y por consiguiente las reacciones se incrementan en una escalada que alcanza dimensiones insoportables. El corroborar que el pulso se acelera, que siento mareos, que la vista se nubla genera más pánico y más palpitaciones, mas falta de aire. Las ideas muchas veces aconsejadas por los allegados o que el mismo miedoso se dice a si mismo : “no pasa nada”, “es solo producto de tu mente”, “relájate “ etc, incrementan y potencian el cuadro, añadiendo un alto grado de frustración a quien lo padece.
El ataque de pánico se manifiesta como la presencia fantasmal, en tanto que inconsistente, tanto de un peligro externo (accidentes, encierro, agresiones, perdidas) como de uno interno ( enfermedad, muerte, locura, actos irracionales) el tema central es que ese peligro solo existe para esa persona y ese cuerpo. Y por tanto la solución sólo depende de cómo esa persona reaccione frente a este problema.
Ya hemos dicho que intentar tranquilizarse, incrementar los argumentos lógicos y racionales no es la respuesta, porque se trata de un miedo irracional, su lenguaje es otro. Se trata de encontrar otras vías que funcionen como una trampa para el mismo miedo, para que caiga en ella y ya no pueda salir. Construir un mecanismo que haga que el pánico quede sin armas para seguir actuando.
Todo el trabajo de la Terapia Breve Estratégica consiste en aplicar técnicas que obedecen a la lógica del funcionamiento del miedo patológico.
Se trata de vencer al miedo con su propio veneno, proponiendo al paciente que tome las riendas de su problema con estrategias que actúan casi de forma mágica para romper el círculo siniestro del pánico.
Las prescripciones que se hacen en Terapia son a veces extrañas y sorprendentes para las personas que consultan, solo requieren que se desee realmente acabar con el problema y esté dispuesto a seguirnos en la construcción de una forma totalmente diferente de tratar el miedo.
1 comentario en «Miedo y pánico, como enfrentarlos?»
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