En este artículo no explicaré un método para detectar rapidamente el TDAH , ni mucho menos unos cuantos sencillos recursos para tratar a niños que lo padezcan. Todo lo contrario.
Mi intención es transmitir mi punto de vista profesional sobre un tema, diagnóstico, enfermedad o problema , según se lo quiera llamar , denominado TDAH.
EL TDAH como oportunidad. Este título me parece muy adecuado para hablar de un problema que afecta a muchas familias. Creo que debería ser una oportunidad para ellos, de preguntarse que sucede con sus niños, sin que esto conduzca a hablar ni de enfermedad ni de medicación.
Es una oportunidad para el sistema educativo, de plantearse sus métodos de enseñanza, las dinámicas de las clases, la formación del profesorado y sobre todo para redefinir seriamente a que se llama escuela inclusiva.
El TDAH también es otro tipo de oportunidad, la oportunidad de toda una industria farmaceutica para enriquecerse a costa de la angustia de la gente.
Esta reflexión nace de la interesante y muy recomendable entrevista a Marino Pérez Álvarez realizada en la revista del Colegio de Psicólogos de Catalunya. En dicha entrevista Pérez Álvarez sostiene la relatividad de este diagnóstico y como y cuantos intereses económicos hay a su alrededor.
Sin duda no solo creo, sino que trato y ayudo a niños con dificultades muy marcadas para sostener su atención y compartir actividades con los demás.
Si hay un solo niño que sufre por no poder seguir las tareas escolares, por no poder mantener un orden en sus cosas, por no acabar sus tareas, por no llegar al final de una explicación etc. Es innegable que existe un problema y que debe ser atendido y tratado.
Pero ¿es un problema solo del niño? ¿Es un trastorno con el que ha nacido? ¿la medicación es imprescindible? Son estas, solo algunas, de las preguntas que deberíamos hacernos
Cada año muchísimos niños son diagnosticados como TDAH en España, y en muchos casos medicados con el fin de paliar sus síntomas. Esto genera por una parte un alivio en los padres, que por fin creen saber que les pasa a sus hijos. Desde luego entiendo que tal alivio es relativo, ningún padre desea que su hijo esté enfermo, pero la angustia es menor que cuando las quejas de la escuela son constantes o cuando en casa no se sabe que hacer con ellos.
Los docentes por su parte encuentran cierta desrresponsabilización , ya que si el/los niños padecen una enfermedad llamada TDAH , no es queno estén haciendo adecuadamente su trabajo, sino que hay niños con dificultades adaptativas debido a un trastorno.
La otra cara de este supuesto alivio, es por una parte la estigmatización del niño, su medicalización, con los correspondientes efectos secundarios y por otra parte el efecto más grave: dejar de lado el que puede ser el verdadero problema.
El verdadero problema se debe evaluar en cada caso. Se debe poner en cuestión la necesidad de que los niños aprendan, jueguen, se muevan , o dejen de hacerlo de forma homogénea, es decir todos de la misma manera. Es necesario profundizar en las dinámicas familiares, cual es la importancia que cada núcleo familiar da al conocimiento, la disciplina, el orden. Que tipo de ejemplos recibe cada niño en su casas, cuales son los tiempos y los intereses del niño. Esto también es una gran oportunidad para la familia de mejorar y de sentir que son capaces de cambiar y adquirir nuevas formas de crianza y educación.
Lo más terrible de la medicación , sobre todo de los psicofármacos, no es la dependencia y los efectos secundarios (que no son pocos ) sino que le están diciendo a la persona/niño : tu no puedes solucionarlo, no eres capaz por ti mismo de cambiar .
En la escuela, también hay que analizar como funcionan las clases, en que lugar se está poniendo al niño que presenta dificultades, y como afecta esto al entorno.
Puede ser sorprendente como una intervención/asesoramiento psicoógico en la escuela puede cambiar radicalmente la experiencia de un niño en clase y por tanto la de los compañeros y profesores.
En palabras de Perez Alvarez: “Hay otro nivel más básico, concerniente a la educación propiamente de la gente, empezando por los niños, en la dirección de promover un sentido de persona que enfatice la fortaleza y capacidad de recuperación en vez de la vulnerabilidad, el desvalimiento y el victimismo. La vuelta a la normalidad pasa por reasumir los problemas de la vida, como tales problemas, en vez de como supuestas enfermedades. El eslogan sería: “más hacerse cargo de la vida que victimarse”. Es de esperar que el consumo inteligente llegue también al afrontamiento de los problemas normales de la vida.”
Sin duda sabeis que el TDAH es un trastorno que se ha incrementado, en gran medida, en los últimos años y continua haciéndolo, cabe destacar sobre todo en España , en países como Francia su prevalencia es mínima. Esto como poco, llama la atención.
» en Francia los problemas con los niños, por los que en otros países se diagnostica TDAH, están integrados y asumidos en la educación familiar. Puede que, además, la mayor presencia de la tradición psicodinámica evite esa tendencia a patologizar los problemas normales»
Lo que ha cambiado en los últimos años es lo que se espera de los niños, la escacez de tiempo para dedicarles y la tendencia a la negación de los conflictos personales, hoy en día las familias dan más importancia a irse de fin de semana o acomprar el último smartphone a hablar de sus problemas , llegar a acuerdos, o realizar una cosnulta psicológica. S i a esto le sumamos una industria farmacéutica hábida de encontrar nuevas brechas donde “hacerse necesaria” , tenemos cada año una serie de nuevos trastornos, síndromes, enfermedades que requieren ayuda farmacológica y que engrosan el índice de DSM V (manual diagnóstico estadístico de psiquiatría)
Quiero insistir en un punto, hay muchos niños con problemas que necesitan ayuda , es más, que aún recibiéndola no encuentran alivio a su malestar o al que generan en los adultos ( que son cuestiones diferentes). Lo que intento transmitir, la única idea que deseo plasmar, es que ese malestar relacionado con la inquietud y la falta de concentración , no siempre se llama TDAH ni tiene un único tratamiento .