El niño comienza a pasarlo mal y por tanto su familia también cuando al miedo se suma la angustia. Se sienten amenazados e invadidos por fantasías, que para el adulto son desproporcionadas a la situación.
Pueden causar limitaciones prácticas, como no poder ir al dentista o a un sitio donde haya perros por ejemplo.
En ocasiones se limitan al mundo de la fantasía, donde la oscuridad, el estar solo, la ausencia de los padres, se transforman en auténticos dramas.El miedo y ansiedad en niños es uno de los motivos mas frecuentes de consulta.
No hay duda que los miedos son evolutivos y “normales” a cierta edad. Cambiando el objeto temido a medida que el niño crece y su sistema psicobiológico va madurando. La tendencia natural será a que éstos vayan desapareciendo progresivamente. Los miedos en un principio ayudan a los niños a reconocer y discriminar en el mundo en que viven y por eso son adaptativos.
En otras ocasiones, el miedo y ansiedad son constantes, alterando la vida de los niños y la de los dultos. Pueden derivar en miedos patológicos y tranformarse en trastornos que necesitan atención psicológica (ansiedad, fobias). Establecer la frontera entre uno y otro (normalidad-patología) no siempre es fácil y dependerá mucho de la edad del niño, la naturaleza del objeto temido, así como la intensidad, frecuencia, sufrimiento y grado de incapacitación que se produce en el niño.
Cuando los miedos infantiles son intensos y prolongados, requieren de ayuda profesional.
Cuando los miedos infantiles son intensos y prolongados, requieren de ayuda profesional.
La ansiedad puede relacionarse o no con el miedo. La ansiedad en los niños se presneta como una gran excitación e inquietud generales o frente a ciertas situaciones. Insomnio, hiperactividad, hablar sin parar, tics, son sus características. Son los casos en que también se suele pensar en un posible trastorno de deficit de atención. En cada caso se han de valorar muy seriamente las circuntancias de cada niño, que tipo de inquietud presenta, si pueden existir factores externos que lo provocan, antes de hacer un diagnóstico.
Tanto en el miedo comocon la ansiedad es posible realizar cambios en las dinámicas familiares que muchas veces solucionan el problema.
Otras veces el niño requiere un espacio propio para expresar sus temores y trabajar con el la situación.
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