Los problemas de conducta en niños y adolescentes son frecuentes. Algunos, aunque no lo parezca, son sencillos desajustes con los adultos, que mejoran con una intervención adecuada.
En otros casos pueden ser mñas complejos , cuando el niño desarrolla una patología en que la conducta es un síntoma. En cada caso se debe evaluar la situación personal y familiar.
– Dificultades de concentración
– Constantes distracciones
– Negativismo respecto a las tareas escolares
– Rabia y pataletas
– Desafío activo a los adultos, oposición extrema a cumplir sus demandas u ordenes.
– Insultos y faltas de respeto.
– Fracaso escolar .
– Consumo de alcohol a edad temprana
– Consumo de drogas
– Actividad sexual de riesgo
– Desajustes familiares, estrés familiar
Cuando estos comportamientos son frecuentes, persisten en el tiempo y se incrementan, constituyen un problema y ponen a prueba las capacidades y recursos de padres, familia y profesores.
Son formas de actuar que no responden a lo que se espera socialmente de ellos. Por una parte, generan malestar en los niños/adolescentes que se les va volviendo complicado integrarse en su grupo de pares , avanzar en la escuela y/o convivir en su núcleo familiar.
Por otra parte, los adultos que se relacionan con ellos, pasan del enfado a la frustración y la impotencia, incluso llegan a la desesperación. Llegado a este punto es difícil ver con claridad, adultos y niños entran en una espiral conflictiva de difícil resolución.
El comportamiento disruptivo, temerario, inestable o agresivo en un niño/adolescente puede obedecer a alguna patología psíquica, lo primero es contemplar esta posibilidad y confirmarla o descartarla.
Otra posibilidad es que tenga causas emocionales y familiares que hay que valorar y tratar.
En otros casos, estas conductas no tienen causas profundas sino, que necesitan enfocarse de manera diferente por parte de padres y escuela. Suele suceder que en el intento de resolver la situación, es decir producir un cambio en el niño/adolescente, se insiste en estrategias que no solo no cambian nada, sino que agravan el conflicto. La Taerapia Breve Estratégica es la más indicada ene estos casos.
Según sea el caso se han de poner en marcha diferentes técnicas y estrategias para abordar el problema y ayudar al niño/adolescente y su familia.
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